ANTES Y DESPUÉS
Para optimizar los resultados de tus caminatas, hay que tener en cuenta algunas premisas. Los primeros y los últimos cinco minutos debes hacerlo muy lentamente para calentar y enfriar el cuerpo. Mantén la postura vertical mientras camines, llevando los hombros hacia atrás y mirando hacia delante y no al suelo. Acompaña cada paso con los brazos, realizando un balanceo compacto y rápido. Apoya primero el talón y luego la planta del pie.
Por otro lado, tu caminata debe adaptarse siempre a tu estado físico. Si llevas mucho tiempo inactiva o, por ejemplo, padeces de sobrepeso, deberás tomártelo con calma; podrás aligerar el paso si caminas habitualmente. La aparición de dolores musculares o un cansancio que consideres excesivo es la señal para bajar el ritmo.
FRECUENCIA Y DISTANCIA
Para que caminar beneficie a tu organismo, debes hacerlo al menos tres veces a la semana en días alternos durante 20 o 30 minutos, frecuencia que puedes aumentar cuando estés más entrenada. Si al principio te parece mucho, déjalo en 10-15 minutos. Empieza recorriendo unos 4 Km. a la semana. Cuando estés entrenada, haz zancadas más rápidas, no más largas, dando unos 120 pasos/minuto.
LOS BENEFICIOS DE CAMINAR
• Consumirás calorías. El constante movimiento durante la caminata implica sudar y, por tanto, ayuda a consumir calorías extras. Ese gasto calórico suplementario se traduce en la pérdida de kilos de más.
• Mejorará tu tono muscular. Al trabajar la musculatura, ésta se refuerza y luce más definida, lo que mejora el aspecto general de la silueta.
• Disminuirá tu grasa corporal. Y es que los músculos utilizan para trabajar la grasa acumulada, son algo así como el horno en el que la misma se quema.
• También desciende el colesterol y presión sanguínea, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
• Fortalecerá tu corazón. A los beneficios de la disminución del colesterol se suma que el sistema cardiovascular en sí se ve fortalecido. Lo notarás porque te cansarás menos ante cualquier esfuerzo.
• Es un deporte sencillo y cómodo de practicar: cualquier lugar y hora son buenos. Además, es el que menos riesgo de sobrecarga implica.
• Puede practicarse a cualquier edad, a solas o en compañía. Siempre resulta beneficioso para el organismo y si se practica en compañía contribuye a crear o afianzar vínculos sociales.
• Es muy barato. Para caminar no hace falta tener un equipo deportivo específico, sólo un calzado que sea cómodo y un equipo mínimo de deporte, de un tejido que transpire.
• Reduce es estrés y aumenta la energía vital. Caminar aplaca la ansiedad que nos provocan los quehaceres diarios y nos hace sentir mucho más optimistas ante la vida. Es un gran antídoto contra los bajones anímicos.
• Una vez que conviertas las caminatas en un hábito más, notarás cómo todas tus articulaciones y tu columna vertebral ganan elasticidad.
• El contacto con el aire libre, además de oxigenarte, beneficia los huesos, ya que durante la caminata recibes la incidencia de los rayos solares sobre tu piel (con debida protección), la vitamina D que necesitas, la tendrás asegurada.
Para que caminar beneficie a tu organismo, hazlo 3 veces por semana durante al menos 20 o 30 minutos.
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